En las Condiciones Generales de los seguros de salud, por lo general se hace una definición genérica de qué está cubierto por la póliza, y una definición muy detallada de qué no lo está, tratando de dejar el menor número de cabos sueltos a la hora de interpretar los casos dudosos.
Esta definición detallada es lo que se llama las exclusiones de la póliza, que suelen tener un apartado dedicado en las Condiciones Generales de la póliza. Si realmente quieres saber qué es lo que te está cubriendo tu seguro, dónde están los límites que te pueden afectar cuando necesites usarlo, debes leer con atención esa sección del contrato que te dice qué no está dentro de los beneficios que te ofrece y por los que estás pagando.
Son las exclusiones generales, las que establecen los límites de cobertura para todas las personas que tienen ese mismo plan y las que dan forma a los beneficios del mismo.
Y son también las que suelen dar problemas a la hora de utilizar el seguro, porque nos hacemos una idea en nuestra cabeza de qué es lo que nos ofrece, bien porque hemos tenido otros planes con anterioridad, bien porque hemos dado por supuesto que cierta cobertura tenía que estar dentro de los beneficios cubiertos, y luego, cuando llega la hora de reclamar nos damos cuenta de que precisamente eso que teníamos tan claro que estaba dentro, queda fuera del contrato. Y es frustrante, porque nos deja la sensación de que hemos estado pagando por algo que no se nos estaba dando.
Además de esas exclusiones generales para todos los clientes de un determinado plan, y como mencionamos en la entrada en la que hablábamos de las preexistencias, la compañía puede decidir aplicar exclusiones particulares para un cliente determinado. Ya hemos explicado por qué: una enfermedad anterior, una cirugía, un peso por encima de lo normal... has varios motivos.
Estas exclusiones particulares suelen dar menos problemas que las generales, porque es muy difícil que no sepamos que están ahí, ya que debemos aceptarlas expresamente antes de que la póliza entre en vigor.
Las exclusiones dan forma al riesgo que la compañía nos está cubriendo y por el que nosotros estamos pagando. Es importante conocerlas y leerlas en detalle aun cuando hayamos tenido un seguro anterior, porque, a veces, nos encontramos con grandes diferencias entre unos planes y otros, por ejemplo en algo tan relevante para algunas personas como puede ser la cobertura de deportes profesionales o de actividades de riesgo.
Estás comprando un producto intangible, una promesa de que la compañía pague si pasa algo. Es muy importante que sepas cuál es la promesa que te están haciendo.
Esta definición detallada es lo que se llama las exclusiones de la póliza, que suelen tener un apartado dedicado en las Condiciones Generales de la póliza. Si realmente quieres saber qué es lo que te está cubriendo tu seguro, dónde están los límites que te pueden afectar cuando necesites usarlo, debes leer con atención esa sección del contrato que te dice qué no está dentro de los beneficios que te ofrece y por los que estás pagando.
Son las exclusiones generales, las que establecen los límites de cobertura para todas las personas que tienen ese mismo plan y las que dan forma a los beneficios del mismo.
Y son también las que suelen dar problemas a la hora de utilizar el seguro, porque nos hacemos una idea en nuestra cabeza de qué es lo que nos ofrece, bien porque hemos tenido otros planes con anterioridad, bien porque hemos dado por supuesto que cierta cobertura tenía que estar dentro de los beneficios cubiertos, y luego, cuando llega la hora de reclamar nos damos cuenta de que precisamente eso que teníamos tan claro que estaba dentro, queda fuera del contrato. Y es frustrante, porque nos deja la sensación de que hemos estado pagando por algo que no se nos estaba dando.
Además de esas exclusiones generales para todos los clientes de un determinado plan, y como mencionamos en la entrada en la que hablábamos de las preexistencias, la compañía puede decidir aplicar exclusiones particulares para un cliente determinado. Ya hemos explicado por qué: una enfermedad anterior, una cirugía, un peso por encima de lo normal... has varios motivos.
Estas exclusiones particulares suelen dar menos problemas que las generales, porque es muy difícil que no sepamos que están ahí, ya que debemos aceptarlas expresamente antes de que la póliza entre en vigor.
Las exclusiones dan forma al riesgo que la compañía nos está cubriendo y por el que nosotros estamos pagando. Es importante conocerlas y leerlas en detalle aun cuando hayamos tenido un seguro anterior, porque, a veces, nos encontramos con grandes diferencias entre unos planes y otros, por ejemplo en algo tan relevante para algunas personas como puede ser la cobertura de deportes profesionales o de actividades de riesgo.
Estás comprando un producto intangible, una promesa de que la compañía pague si pasa algo. Es muy importante que sepas cuál es la promesa que te están haciendo.